jueves, 21 de abril de 2011

Eliot Guarachi, el heredero de Bernardo Guarachi

Eliot Guarachi tuvo de todo en la vida, menos una niñez normal. Todos los recuerdos que atesora sobre sus días de infancia giran en torno a los nevados que engalanan la Cordillera Real. A los cuatro años, mientras sus amigos jugaban con sus papás en el parque, Eliot alcanzaba con el suyo la cima del nevado Charkini, a 5.500 metros sobre el nivel del mar. Esta experiencia marcó para siempre su existencia. Así lo asegura su padre, el destacado montañista paceño Bernardo Guarachi, el primer boliviano que alcanzó el pico del Everest (Himalaya).

"Fuimos al Charkini con unos turistas alemanes. Su mamá le había comprado unos zapatitos estilo montañista. Pensé que seguramente tendría que cargarlo, pero me sorprendió porque llegó con sus propios pasos hasta la cima. Lamentablemente, ahora él no es muy alto y es por esa vivencia. El médico me dijo que la altura a temprana edad afecta el crecimiento. Entonces, se puede decir que desde sus cuatro años mi hijo está marcado por las montañas", asegura.

Con 24 años, Eliot tiene un currículum envidiable. A los 15 conquistó los 6.300 metros del Parinacota. Tres años después, tocó el techo de América del Sur, el Aconcagua (Argentina). De allí en más, como guía de turistas extranjeros, alcanzó en varias oportunidades picos como el Sajama, el Illimani, el Guallatiri y el Huayna Potosí, entre otros. Se especializó en Alemania y en Austria como guía de montaña y en esquí profesional.

A pesar de la experiencia acumulada, Eliot Guarachi se ha impuesto una meta ambiciosa: cumplir el sueño de su padre de escalar las montañas más altas del mundo. Se trata de alcanzar la cima de las 14 montañas existentes en el mundo a más de 8.000 metros sobre el nivel del mar. El jueves 14 de abril, el joven montañista se trasladó hasta el Tibet —junto a su progenitor— para superar el primero de esos picos, el Cho Oyu, que se levanta sobre los 8.200 metros de altura.

"Será su primer ‘8.000’. Y después él deberá continuar con mi sueño, porque para mí es muy tarde ya para hacerlo; creo que éste será mi último viaje. Mi hijo es quien debe continuar con ese objetivo", exclamaba emocionado Bernardo Guarachi, un día antes del viaje que cuenta con el apoyo de la empresa Laboratorios Droguería Inti.

El legado Guarachi

Bernardo Guarachi nació hace 55 años en Patacamaya. Y hace más de 30 que optó por dedicar su vida al montañismo. Primero lo hizo como ayudante de emprendedores extranjeros que trabajan en el área del turismo y, posteriormente, como guía.

Su primer pico conquistado fue el Sajama. Entonces tenía 20 años. Dos años después encaminó sus pasos hasta Alemania, donde se formó profesionalmente en montañismo durante tres años. De retorno en Bolivia, el aventurero abrió la agencia de turismo receptivo Andes Expediciones, la cual desde los años 80 viene ofreciendo expediciones hacia las distintas montañas que forman parte de la Cordillera Real. Su fama como guía le sirvió para encabezar la misión que logró rescatar los restos del Boeing 727 de la empresa Eastern Airlines que había chocado con el Illimani en 1985.

"Fue la primera vez que sentí tanto miedo. Observaba los fierros retorcidos de la nave desparramados en la nieve y me daba cuenta de que tantos pasajeros habían muerto allí, donde yo estaba parado", rememora. Pero no sería la última vez que aquella sensación dominaría el cuerpo del alpinista. En 1994, el temor que genera la proximidad de la muerte lo alcanzó a 8.200 metros, en la montaña Everest. "Estaba solo en mi carpa una noche. Sin embargo, yo sentía que estaba rodeado de varias personas; incluso las llegaba a ver. A esa altura es casi imposible dormir, entonces sabía que no podía ser un sueño. Era mi mente que, debido a la falta de oxígeno, me estaba jugando una mala pasada. Me dio miedo, porque sentía que mi mente me anunciaba que estaba a punto de perder la vida. Me costó mucho el armarme de fuerza y poder lograr recuperar la cordura".

Al final, Guarachi lo logó, pero no alcanzó la cima del nevado —a 8.800 metros—, debido al mal clima. El montañista tuvo que esperar cuatro años para cumplir su objetivo. Con 45 años, Guarachi se convirtió en 1998 en el primer boliviano en realizar la hazaña de tocar el techo del mundo.

Eliot infla el pecho cada vez que su padre revive aquella experiencia, aunque recuerda que la carrera de su progenitor está llena de proezas. Guarachi ostenta el récord de mayor escaladas a la cima del Illimani, lo hizo 186 veces. Conquistó los cinco picos más altos del hemisferio sur: Aconcagua (Argentina), Ojos del Salado (Chile), Huascarán (Perú), Sajama (Bolivia) y Chimborazo (Ecuador). Además, de las 14 crestas existentes en el mundo sobre los 8.000 metros, alcanzó dos; también del Everest, el Makalu. Estos dos colosos asiáticos forman parte de la trilogía de montañas más altas que se alzan en la zona del Himalaya. Ahora, Guarachi quiere alcanzar la cima del último de los tres montes, el Cho Oyu.

La tarea es complicada. Han pasado 12 años desde que el montañista subió a una altura superior a los 8.000 metros. "Veré cómo soporta mi cuerpo", dice. Sin embargo, su hijo confía en que su padre llegará junto a él a plantar la bandera boliviana en la cúspide de la montaña. "Más que la fortaleza física, se requiere de fortaleza mental. Y mi padre la tiene", afirma convencido.
El arte del escalado

Erlan es el único de los tres hijos de Guarachi que ha seguido sus pasos. Andrés se dedica al baile flamenco, mientras que Jonatán se ha decantado por la música. "Tiene su grupo de guitarra donde toca música medio loca", dice Guarachi al referirse al rock and roll.

"Ser montañista fue una elección casi inevitable. Desde pequeño siempre acompañaba a mi papá en sus viajes. Pero como esto afectaba a mi crecimiento, dejé de ir hasta que tuve cierto desarrollo. Ahora no me imagino haciendo otra cosa", asegura Erlan.

Los deportes sobre la nieve son la pasión de este joven paceño, en especial los relacionados al esquí de montaña. "Ahora estamos trabajando con un grupo de compatriotas para relanzar el esquí boliviano. Estamos apuntando a poder representar al país en competencias internacionales en la región y, para el 2014, llegar hasta las olimpiadas. Es muy difícil el entrenamiento, ya que Bolivia no cuenta con una pista profesional. Sin embargo, queremos demostrar que hay buenos esquiadores bolivianos", manifiesta.

Los entrenamientos con los deslizadores tendrán que esperar hasta mediados de mayo, cuando se prevé el retorno de la expedición boliviana a Nepal. Erlan sabe que junto a su padre deberá enfrentar situaciones límite en esta expedición. Arriba de los 6.000 metros sobre el nivel del mar el organismo sufre diversos trastornos. Cefaleas, síntomas gastrointestinales, debilidad o fatiga, inestabilidad o vértigos, trastornos del sueño, entre otros, atacan a los montañistas en las alturas.

"La falta de oxígeno afecta. En la altura se puede comparar al montañista con un niño que está aprendiendo a caminar y a hablar. A pesar de ello, el paceño de 55 años asevera que recupera la salud en la altitud en varias ocasiones. "Arriba de los 4.000 metros, en los nevados, se halla la parte más sana de la Tierra. No hay contaminación, el aire es puro, no hay enfermedades y, debido al frío, las cosas nunca no se echan a perder. Es un pequeño planeta virgen donde yo podría vivir tranquilamente".

Guarachi se muestra agradecido por lo que le ha brindado el montañismo, pero es consciente que tuvo que realizar sacrificios.

"He llegado al continente asiático, al Polo Norte y a Europa, pero este oficio ha afectado la unión familiar. Por estar en las montañas me he perdido muchas cosas de mis hijos y ellos me lo han reclamado", reflexiona.

Con todo, Bernardo Guarachi ahora está decidido a hacer de su hijo, Erlan, el montañista más completo del país. "Tiene que seguir con esta pasión. Yo, si sigo a este ritmo, tengo unos 10 años más (de montañismo). Quisiera que mi último pico escalado sea el Sajama, donde todo comenzó para mí".

El coloso tibetano

Con 8.200 metros sobre el nivel del mar, el nevado Cho Oyu es la sexta montaña más alta del mundo. Forma parte de la cordillera del Himalaya y se encuentra en la meseta central de Asia. Fue escalada por primera vez el 19 de octubre de 1954.

Herbert Tichy, Joseph Joechler y el sherpa Pasang Dawa Lama formaron parte de la expedición austriaca que logró alcanzar la cima. El nevado se encuentra a 20 kilómetros al oeste del monte Everest. Cho Oyu significa ‘dios turquesa’, en tibetano.

Según la tradición oral de esta región, Cho Oyu se enamoró de la diosa Chomolungma (Everest), que más tarde se casó con su vecino más cercano, el Makalu. Este hecho provocó el eterno malestar de Cho Oyu, por lo que es necesario realizar rituales antes de iniciar cualquier tentativa para escalar el nevado. La expedición boliviana encarará la montaña por la cara oeste del coloso. El proceso de ascenso de Bernardo y Eliot Guarachi —que viajaron el jueves 14— se iniciará el viernes 22 de abril y concluirá el 15 de mayo.

El 20 de ese mes los escaladores bolivianos retornarán al país. Antes del ascenso, los montañistas paceños deberán pasar por un proceso de aclimatación que durará más de una semana. Previamente, los Guarachi visitarán el templo de Jokhang, la estructura más venerada por los habitantes del Tibet. Además, recorrerán las salas del palacio Norbulingka, que fue la residencia oficial del Dalai Lama, y el monasterio de Drepung, una de las más grandes del mundo.

jueves, 14 de abril de 2011

Guarachi va tras la conquista del Cho Oyu, su tercer pico más alto

A 12 años de haber llegado a la cima del Everest, seducido por los imponentes nevados, Bernardo Guarachi irá a la conquista de su tercer pico más alto: el Cho Oyu del Tibet, esta vez acompañado de su hijo Eliot.

Ambos están ya en el campamento base inferior, a 4.500 metros de altura, aclimatándose para iniciar mañana la escalada hacia la cima del sexto monte más alto del mundo, a la que tienen planeado llegar en mayo.

“Tuve que esperar más de diez años porque me rompí la espalda, que tardó seis años en sanar completamente”, explicó el experimentado andinista, que conversó con Página Siete hace algunos días, poco antes de emprender viaje.

Guarachi asegura que está en forma para realizar la escalada del monte tibetano Cho Oyu, al que subirán por la cara oeste. “Ya no pude hacer grandes expediciones, pero no dejé de escalar”, dice Guarachi, que hasta 2010 subió 186 veces al Illimani.

A sus 54 años, su meta es cerrar un triángulo de montañas “ochomiles” (de 8.000 metros sobre el nivel del mar). La primera fue el Makalu y luego el Everest.

Según Guarachi, el sueño de todo alpinista es escalar los 14 “ochomiles”: Everest, K-2, Kangchenjunga, Lhotse, Makalu, Cho Oyu, Dhaulagiri, Manaslu, Nanga Parbat, Annapurna I, Gasherbrum I, Broad Peak, Gasherbrum II y Shishapangma.

Ya lo hicieron 12 alpinistas. “A mí ya no me queda tiempo para lograrlo, por eso quiero cerrar el triángulo”, resaltó el alpinista que, sin embargo, considera que su hijo Eliot de 24 años, si podrá cumplir la proeza.

Aunque cree que advierte que el joven primero deberá alcanzar las “Siete cimas del mundo”, las más altas de cada continente: Kilimanjaro (África), Elbrús (Europa), Aconcagua (Sudamérica), Pirámide Cartenz (Oceanía), Mc Kinley (Norteamérica), Monte Visón (Antártida) y Everest (Asia).

El Sajama, el primero
“Parecía hablarme, sentía que me desafiaba a enfrentarla, luego entendí que me invitaba a conocerla”, comenta sobre la primera vez que vio el nevado Sajama, de 6.548 metros.

A los 21 años alcanzó por primera vez su cima, al igual que el Illimani y el Huayna Potosí. Durante tres años, hasta que tenía 25, se formó profesionalmente en los Alpes de Alemania.

A su retorno, escaló varias montañas de Bolivia, Perú y Chile. A los 32 conquistó el Aconcagua en Argentina, parte de las “Siete cimas del mundo”. Luego comenzó su sueño de llegar a los picos más altos del mundo.

En la cima del Makalu

Junto a la expedición de Estados Unidos “Condor Adventures” ascendió el Makalu, de 8.463 metros, con diez norteamericanos, un inglés y un ruso.

En Nepal le sorprendió el respeto que tiene la gente al lugar, pues partieron al primer campamento luego de que los sherpas (pobladores del Himalaya que transportan los alimentos y materiales de los alpinistas) hicieran una ceremonia.

Guarachi recuerda que llegaron agotados a la primera base, lo que no impidió que quedara prendado de la belleza que se ve desde esa altura. La rutina fue escalar poco a poco, descansar y comer para reponer las fuerzas, y seguir la dificultosa marcha.

Luego de 30 días de luchar contra el gélido clima (menos de 40 grados bajo cero), donde un error puede costar la vida, y de constante presión, “a las 14:05 del 29 abril de 1994 logré cumplir mi primer anhelo: escalar el increíble monte Makalu”, cuenta el alpinista, que fue el hombre número 94 en lograrlo. Allí le impactó ver dos cadáveres de alpinistas perdidos que murieron congelados.

Primer boliviano en el Everest

El gran sueño de todo alpinista es conquistar el Monte Everest. Y él lo logró con el apoyo económico del grupo “Amigos de Guarachi”. Con el financiamiento asegurado, se preparó para tener la resistencia física y confianza mental que le permitan alcanzar ese sueño que culminó luego de varios intentos.

Guarachi recuerda que en sus primeros ascensos no pudo pasar de los 8.200 metros debido a las condiciones climatológicas. Y en el penúltimo intento, se quedó a 100 metros del pico porque no tenía suficiente soga y una tormenta inesperada le devolvió al campamento base.

“Comencé otra vez mi preparación por un mes y medio. Y el 25 de mayo de 1998, finalmente mi ilusión se hizo realidad”, señala. Esa expedición duró 110 días.

Al llegar al campamento base, a 7.980 metros, le pareció ver una ciudad en la Luna por los cientos de carpas que albergaban a más 300 expedicionistas y 600 sherpas que estaban listos para subir a la cumbre.

Iniciaron el ascenso a las 22:00, él estaba con dos amigos y recuerda que poco a poco la gente claudicaba por el cansancio o el frío extremo. A las 4:00, se detuvo con sus dos compañeros porque la oscuridad no permitía ver nada y un paso en falso podía significar la muerte.

“La adrenalina me impulsó a seguir solo”, resalta Guarachi, hasta que a las 5:00 alcanzó el cielo. Llegó a la cima del mundo haciendo realidad su sueño.

Allí permaneció una hora, un récord, porque nadie antes duró tanto en el sitio ya que la falta de oxígeno y las condiciones extremas impiden que el cuerpo resista más. “Sentí una inmensa emoción al colocar la bandera boliviana en medio de tan soberbio paisaje”, recuerda.

“Las emociones más grandes que he sentido fueron posibles gracias a la naturaleza”, afirma. Para él, es “una verdadera tristeza, que desde hace 30 años el calor esté destruyendo los nevados”. Esta situación debe motivarnos a tomar conciencia de lo que está sucediendo, manifestó antes de partir a la conquista de la “diosa turquesa”.

Las hazañas

Experiencia Guarachi escala montañas desde 1976 y lo hace de manera profesional desde 1981.

Experto Conoce a la perfección la Cordillera Real, desde Chile hasta Argentina.

Récord Alcanzó la cima del Illimani 186 veces.

Rescate Encabezó varias misiones como la del avión de Eastern que se estrelló contra el Illimani.

Escalada Subió el nevado Sajama unas 40 veces.

América Escaló el Aconcagua más de tres veces.

Costo El alpinismo es un deporte muy costoso. Para la expedición en el Cho Oyu, Guarachi necesita $us 43.000.

martes, 12 de abril de 2011

La estructura del Cerro Rico es carcomida por 138 hundimientos

Así lo informó Héctor Córdova,  viceministro de Desarrollo Productivo Minero Metalúrgico. La autoridad de Gobierno precisó que los 138 sifonamientos fueron identificados en diferentes lugares de la montaña.

Explicó que los mismos pueden definirse como una especie de comunicación entre la parte interna del cerro, donde tiene lugar la explotación minera, y la superficie del mismo. Una delegación de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) arribará al país la próxima semana para intervenir en el tema, agregó.

La misión “trae técnicos que colaborarán con los análisis que estamos realizando. Esperamos que esta ayuda acelere el resultado de los trabajos para que podamos elaborar un plan de salvaguarda que no perjudique a las familias (cooperativistas) que viven de los minerales”, dijo.


Actualmente se efectúan en la cumbre tres estudios de evaluación técnica: geotécnicos, geológicos y geográficos.  Por su valor histórico y económico, el Cerro Rico ocupa un sitio en el escudo de armas de Bolivia y fue nombrado en 1986 por la Unesco: Patrimonio Natural y Cultural de la Humanidad.

Peligro. La precaria situación del cerro fue detectada el 2010, pero ésta alcanzó mayores proporciones cuando, a finales de enero de este año, uno de los sifonamientos más grandes, ubicado en la cima, se amplío en diámetro y profundidad a causa de las intensas lluvias.

El 25 de enero, se supo que el hundimiento tenía un diámetro de 17 metros y una profundidad de 22. El gobernador potosino,  Félix González, pidió entonces declarar al cerro en emergencia.

Córdova admitió que todavía no se han elaborado los planes de prevención y refacción en el lugar debido a que “requerimos los estudios completos”, que se prevé concluyan a mediados de año. “Debemos detener la causa del problema, no sólo los síntomas del mismo”, aseguró.

Asimismo, subrayó, se tiene que evaluar la problemática de los mineros que trabajan en la montaña. Según registros oficiales, son 15.000 personas que han construido cientos de socavones o galerías en su interior

Córdova advirtió que la cifra puede ser mucho mayor, ya que hay cooperativistas que no registraron a sus asalariados. “Hay que tomar en cuenta además que el incremento en los precios de los minerales tienta a muchas personas a explotar los yacimientos, no sólo en Potosí”, complementó el viceministro.

Minería baraja dos opciones, el traslado de los cooperativistas a las minas o limitar su labor a la base del cerro. La primera alternativa, detalló Córdova, costaría $us 3 millones.

domingo, 10 de abril de 2011

Piden ayuda para cuidar el Cerro Rico de Potosí

El gobernador de Potosí, Félix González, dijo que pedirán ayuda a España para que pueda coadyuvar en los estudios y trabajos de preservación del Cerro Rico de Potosí, dado que este yacimiento presenta daños en su estructura, sobre todo por encima de la cota 4.400.

“Nosotros estamos pidiendo incluso que el Gobierno español pueda también, porque ellos también son responsables de esta situación, puedan coadyuvar en este trabajo (de estudio y preservación)”, declaró a ANF.

Además, sostuvo que este Cerro ha dado al mundo entero su riqueza, por ello la importancia de que “todos” brinden su apoyo y respaldo para preservarlo.

González anticipó que para el 16 y 17 de mayo personeros de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) visitarán el Cerro Rico para evaluar y hacer un estudio de la estructura del yacimiento, con el fin de establecer medidas precautorias y también para aportar económicamente a la preservación y cuidado del Cerro.

En ese sentido, dijo que una vez terminados los estudios geofísicos que realiza la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) en el Cerro Rico, se procederá a cuantificar qué cantidad de recursos económicos se requieren para preservar el Cerro; además se planificará la realización de una campaña a nivel nacional para recaudar los fondos.

También aseguró que se continuará trabajando al interior de esta mina, pero de una manera más responsable y recalcó que se tiene 200 años de explotación. 

sábado, 2 de abril de 2011

Se acaba la nieve en Chacaltaya y el esquí se traslada

    Después de casi cinco semanas, Chacaltaya dejó de tener nieve y el Club Andino Boliviano planea trasladar sus competencias al nevado Charquini, que está ubicado cerca del Huayna Potosí. “La nueva pista tiene mayor longitud y extensión, pero no tiene infraestructura, hay que caminar cerca de dos horas”, aseguró Juan Pablo Ando, directivo de la Federación Boliviana de Esquí.  El domingo se produjo la última prueba en Chacaltaya. Después de cuatro competencias, los más destacados son José Manuel Bejarano, Franklin Mendoza, Gustavo Mendoza y Elio Guarachi, entre otros. “Queremos que nuestros chicos se preparen para el próximo torneo internacional”, contó Ando.  Los esquiadores bolivianos tienen a la vista una competencia que se realizará en Chile, en septiembre de este año.  “Se elegirá a los mejores deportistas que estén ubicados en los primeros lugares del ranking nacional”, explicó el deportista Franklin Mendoza, actual campeón de esquí.